A inicios de la década de
los ochenta estalló la crisis de la deuda externa, marcando un punto de
inflexión en la historia económica de América Latina y el Caribe. Con ello se
desencadenó la crisis de una estrategia de desarrollo que con diferencias entre países y modificaciones
a lo largo del tiempo había caracterizado las décadas anteriores. Varios países
no estuvieron en condiciones de atender sus compromisos y entraron en cesación
de pagos. Se aplicaron una variedad de medidas encaminadas a superar la crisis,
que generalmente tuvieron un sesgo contractivo. El impacto sobre la capacidad
productiva, el empleo y las condiciones sociales fue tan fuerte que la CEPAL
caracterizó los años siguientes como una “década perdida” para el desarrollo
económico y social de la región.
Los factores que originaron la crisis y las
circunstancias que determinaron que sus consecuencias para la región fueran aún
más graves que las de la Gran Depresión de los años treinta. En el libro La crisis latinoamericana de la deuda desde
la perspectiva histórica se explican también los procesos de negociación
que condujeron a los países deudores a una situación desmejorada, los programas
de reestructuración de la deuda y su incidencia en el desarrollo financiero de
la región, y el modo en que los cambios en las políticas económicas
experimentados por la región pueden contribuir a prevenir la ocurrencia de este
tipo de crisis en el futuro. Treinta años después de la crisis que más
gravemente afectó el desarrollo de la región, en un mundo cada vez más
interdependiente y turbulento, las lecciones aprendidas de este episodio están
plenamente vigentes.http://www.siempre.com.mx/wp-content/uploads/2016/05/latinoamerica.jpg
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